sábado, 21 de enero de 2012

Lunares




De todos tus lunares
preguntarás cuál prefiero.
Vuelvo a decírtelo.
No el que tú piensas
sino los otros.
El que parece pintado
como un cuadro preciosista
donde empieza a germinar
tu pierna izquierda.
Y el que queda exactamente atrás,
apenas insinuado,
sobre tu cadera derecha.
Porque en verdad depilada
el otro no parece lunar.
¡Donde debería haber bosque
césped recortado,
hay un desierto calcinado!

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