Cuando
ya lo había descartado regresé a las
aulas universitarias después de cinco años de ausencia. Una sola razón fue
suficiente para convencerme que por más que rehuyera, mis compromisos con la educación
siguen vigentes. Desde que dejé de impartir clases en el año 2007, nunca he
dejado de estar en contacto con estudiantes. Las facilidades que brindan las
nuevas tecnologías de información, permitieron que el cordón umbilical que me
ligaba al estudiantado se mantuviera. El apoyo que brindé a la URACCAN en la
creación de la carrera de comunicación, forjaron lazos indisolubles con esta prestigiosa
casa de estudios del Caribe nicaragüense. La misma ayuda ofrecí en la cristalización
de una de sus iniciativas más felices: la apertura de la Maestría en
Comunicación Intercultural, donde fui invitado a impartir clases.
En
diferentes momentos he confesado la pasión que siento por mis tres grandes
amores: enseñar, leer y escribir. Provengo de una familia entregada en cuerpo y
alma a la enseñanza. Por el lado paterno, maestros fueron mi abuelo Guillermo
Rothschuh Cisneros, mi padre Guillermo Rothschuh Tablada y mis tías Liliana y
Yolanda Rothschuh Tablada. Maestras han sido mi abuela materna, Berta Suárez de
Villanueva, mi madre María Elba Villanueva y mi tía Berta del Socorro
Villanueva. Crecí en una ciudad donde el magisterio de mi padre se hacía sentir
por todos lados. Su escogencia como mejor maestro de Nicaragua por la Fundación
Luisa Mercado y el otorgamiento del Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional Autónoma de
Nicaragua, fueron para mí el resultado natural de una vida entregada a la
educación primaria, secundaria y universitaria.
Las
ofertas recibidas de al menos cuatro universidades, las rechacé convencido que
en 2009 había cerrado mi ciclo académico. Las consultas y demandas estudiantiles,
con quienes he mantenido relaciones de camaradería, tornaron inevitable mi
regreso a la universidad. Una de sus críticas más severas se debe a que desean
mayor entrega y una interlocución fluida con el profesorado. Al menos yo no
puedo quejarme. Debo sentirme dichoso. Los centros de enseñanza pública nada
tenían que envidiar a la educación privada. Durante mis estudios de secundaria
y universitaria, encontré en algunos profesores, atención y respuesta a mis
inquietudes intelectuales. Buscábamos y encontrábamos. Los jesuitas en la UCA eran
capitanes con ejército, no como ahora en su mayoría generales sin tropas.
Si
algo enorgullece a mi generación, fue haber encontrado en Dibar, Arríen,
Caballero, Anitúa, Oyanguren, Arguello Hurtado, Martínez, Otaño, Cardenal,
Uriarte, Enríquez, los López de la Fuente, etc., un conjunto de prominentes intelectuales,
preocupados por nuestra formación integral. Uno podía conversar con el poeta
Pablo Antonio Cuadra, Director del Departamento de Cultura. Igual podíamos
hacer con Manolo Morales, Tito Castillo, Rodolfo Sandino Arguello, Edgard
Sotomayor Valdivia, Guillermo Vargas Sandino, Danilo Manzanares, Roberto Ortiz
Urbina, Oscar Tenorio y Gonzalo Solórzano Belli. Estos ejemplos bastan para conocer
los abrevaderos donde nutrí y consolidé mi vocación y entrega a la educación
universitaria. La UCA fue mi alma mater y donde laboré 33 años como docente.
Las
exigencias académicas de los estudiantes de periodismo en Chontales, Boaco, León
y Estelí; las demandas formuladas por los alumnos de periodismo y comunicación de
Managua, Matagalpa y Bluefields, sabedores que contaban con mi ayuda cuando la
necesitaran, fueron determinantes para fundar la Cátedra Abierta en la
Universidad de Ciencias Comerciales. La Presidente de su Junta Directiva,
Nejama Bergman Padilla y su Rector, Gilberto Bergman Padilla, me confiaron la
responsabilidad de crear un foro educativo para las diferentes carreras que
imparten en la UCC. Un lugar de reflexión, contraste, apertura crítica,
contactos profesionales y conocimiento de la realidad nacional. Un sitio de
encuentro para que su estudiantes dialoguen sin cortapisas con los principales
actores de la vida del país.
La
formación de su alumnado requería una instancia donde aprendieran a escuchar,
preguntar, disentir, debatir y comprender que el espectro de las políticas
nacionales está teñido de una enorme diversidad de colores. La multiplicidad de
ideas, planteamientos, sugerencias, propuestas y acercamientos alrededor de un
mismo tema –este año sobre el municipalismo y sus implicaciones para la vida
nacional- ofrece al estudiantado una visión amplia y calificada e información
de primera mano, en un año de elecciones municipales. La disertación inaugural
del Ing. Dionisio Marenco, fue una especie de diagnóstico, proseguida de
sugerencias puntuales acerca de los principales problemas que abaten la capital
y el orden de prioridades, según su criterio, en que deben enfrentarse.
La
ponencia del Dr. Danilo Aguirre Solís versó acerca de la importancia de la
institucionalidad en los procesos de gestación democrática y su incidencia en
el desarrollo de las sociedades. La tercera Cátedra Abierta, bajo la
responsabilidad del experto fiscal, Dr. Julio Francisco Báez, versó sobre un tema
que ameritaba un análisis prolijo. Con enorme capacidad didáctica explicó cómo
funcionan en la práctica la desconcentración y descentralización municipal, un nudo
gordiano que merece atención especial por su incidencia en el desarrollo
municipal. Despejó una de las interrogantes que afloran cada vez que se toca el
tema del municipalismo, ¿Por qué los municipios son considerados como
cenicientas de las reformas fiscales? Las municipalidades requieren de finanzas
propias para operar exitosamente.
El primero de marzo Día Nacional del Periodista, invitamos a Carlos Fernando Chamorro, para
que nos explique el papel de la comunicación y el aporte que pueden hacer los
corresponsales poniendo en perspectiva sus localidades. La mayoría de los
medios padecen del mal del “managuacentrismo”,
que no es otra cosa que hacer de la capital su principal foco de interés
noticioso. Un grave error. Los nicaragüenses aspiran disponer de una mirada que
les permita enterarse de lo que ocurre en todos los departamentos. Una
explicación cabal de los hechos más relevantes del país. La costa Caribe merece
un mejor tratamiento informativo. Contribuir a que todo esto ocurra, justifica
plenamente mi retorno a las aulas. ¡Después de todo nunca me desvinculé del
estudiantado universitario!