lunes, 15 de julio de 2013

Los medios en la historia

Newseum en la Avenida Pennsylvania en Washington D.C.

A mis alumnos de
 historia de la comunicación (UCC)

Si algo resulta meritorio en la cultura estadunidense es su afán por dejar testimonio de los hechos más sobresalientes de su historia, incluyendo por supuesto la historia del periodismo y los medios de comunicación. El Newseum constituye el mejor tributo. Un edificio monumental de seis pisos construido en Washington sobre la emblemática Avenida Pennsylvania. Los registros históricos tienen una enorme connotación simbólica. Su mirada alcanza desde los primeros impresos -1455- hasta el año 2013. Las portadas de los periódicos y diarios estadounidenses dan cuenta de los sucesos más relevantes acontecidos a lo largo de cinco siglos. Una selección escrupulosamente escogida. Está referida a hechos que han impactado la conciencia de sus gentes. Una forma de contar su propia historia a través de los medios. Sus aportes en este campo vuelve imperioso plantear esta historia. Los grandes aportes mediáticos han surgido de sus entrañas.

El entrelazamiento entre la historia mediática y la historia de Estados Unidos se traduce en una forma amena y sencilla -muy sesgada por cierto- de referir sucesos determinantes que marcan su vida política, militar, económica, social y cultural. Un homenaje al periodismo convertida en una forma de enseñanza lúdica y sensual. La verosimilitud de lo acontecido no puede ponerse en duda. La portada de los periódicos y el despliegue de fotografías convalidan lo acontecido. La imagen convertida en la prueba de las pruebas. El cine y la televisión adquieren un carácter documental. Nadie puede dudar de lo narrado. ¿Cómo podría si las imágenes adquieren el carácter probatorio que se necesita para dar crédito a los acontecimientos? Nos desplazamos sobre el reinado de la certidumbre. ¿Alguien duda de lo que ha visto? En este milagro radica el encantamiento y la seducción que provocan.

Al correr del tiempo los medios avalan la historia esculpida en sus portadas, contadas por la radio y vista a través de las pantallas. En este intercambio simbiótico ambos discursos se refuerzan. Cuando los cientistas sociales de diversas partes del mundo eran acosados por las dudas, interrogándose si debían de servirse de los medios -específicamente de los periódicos- para utilizarlos como material de consulta, en Estados Unidos se ha habían adelantado usándolos como soporte para avalar sus investigaciones. Todavía se concebía el periodismo como una práctica social, histórica y política que debía ajustarse a los hechos. En la actualidad los políticos no dudan en considerar a los medios como dispositivos para tomar decisiones. La mayoría de los cientistas sociales continúan poniendo reparos en utilizarlos como fuentes bibliográficas. La realidad virtual ha dado de baja a la realidad verdadera.

File:Newseum front pages box.jpgEl Newseum en si mismo posee un gran valor histórico. Sin reparos o ambivalencias brinda acogida a situaciones y circunstancias independientemente si provienen del sector demócrata o de las graderías republicanas. Incluso dejan registrada en una fotografía ampliada la marcha realizada por los obtusos y patibularios del Ku Klux Klan sobre la Avenida Pennsylvania en 1925. La historia de todas las sociedades está teñida por las acciones de organizaciones criminales y delincuenciales.  ¿Debieron ser omitidos? La singularidad de los textos del cronista Eduardo Galeano, obedece a la forma que pasa revista por la historia. No omite. Sería mutilar la historia. Las atrocidades cometidas por los racistas del Ku Klux Klan no pueden obviarse. Algunos hechos históricos exigen una mirada amplia. No para magnificarlos. Todo lo contrario para que nunca vuelvan a repetirse.

El memorial del Newseum en respeto a los periodistas asesinados en defensa de libertad de expresión abre su abanico para dar cabida a los muertos en diferentes países del mundo.  El capítulo dedicado a Nicaragua debe revisarse para que los nombres de algunos periodistas aparezcan en sus verdaderos países. Tuvieron la hidalguía de hacer periodismo y afrontar la adversidad en lugares donde prevalece la intolerancia y el disentimiento político. Un mal enquistado en nuestra sociedad. Se alza como un recordatorio necesario. Algunos murieron atrozmente. Bill Stewart fue asesinado en los barrios orientales de Managua en junio de 1979 por un miembro de la guardia nacional. En el listado nicaragüense aparecen Peter Bertie, María José Bravo, Pedro Joaquín Chamorro, Linda Frazier, Carlos Guadamuz, Jorge Quiros, Evelio Sequeira, Bill Stewart y Ana Luvys Urbina Obando. La rectificación serviría para incorporarlos y sirvan de ejemplo en sus respectivas naciones.


El espacio reservado para recordar el 11 de septiembre de 2011 un mural diseñado con los titulares de primera plana de los diarios de distintas partes del planeta. En la parte baja izquierda figura El Clarín de Buenos Aires. Con sentido anticipatorio puso como antetítulo de su portada del 12 de septiembre: Ayer fue un día que cambiará al mundo, después tituló: LA GUERRA y La Jornada de México: ¿QUIEN? Si examinamos distintas sociedades nos percataremos que no existe una sociedad más consumidora de símbolos que la estadounidense. El periplo en el quinto piso referido a diarios y periódicos se cierra con una portada cargada de simbolismo para reforzar la creencia en su país. Deja claro que nadie podrá atentar contra sus valores y edificios en tierra estadounidense sino al costo de su vida. Dead se lee en la portada acompañada por una fotografía de Osama Bin Laden. Nada más.

El museo incluye una galería de nuevos medios de comunicación, una sala interactiva de noticias, un centro de ética, estudios de televisión, un apartado donde aparece una fotografía con los alumnos que recibieron clases de periodismo en la primera escuela fundada en Estados Unidos (1907), pese a lo anterior siguen sin reconocer su estatuto profesional. Las fotografías de los ganadores del Premio Pulitzer son bien destacadas. Como siempre dan un paso adelante. En el Teatro Walter y Leonore Annenberg presentan I-Witness una cinta cinematográfica en cuatro dimensiones. Fieles a su propensión de certificar los acontecimientos trajeron desde Alemania pedazos  del Muro de Berlín (3.7 metros de alto). Estados Unidos presenta lo suyo como modelo a seguir. Sigue creyendo que la mejor manera de hacerlo es espectacularizando todo cuanto expone a los ojos del ser humano. Espectáculo y mito son indisociables en su cultura.


La historia de los medios  y periodistas nicaragüenses -resulta sobrancero decirlo- todavía no ha sido escrita. Existen diversas aproximaciones que demandan estudios exhaustivos y transdisciplinarios. El acierto del Newseum fue darse a la tarea de construir -sobre cimientos sólidos- la historia del periodismo estadounidense. Reafirma el firme propósito de apuntalar las bases de su identidad cultural. Mientras nosotros nos atormentamos discutiendo sobre la conveniencia de mantener o no el tema en agenda, la sociedad estadunidense insiste en hacerlo. Una visión provinciana pareciera inhibirnos y paralizarnos ante las tesis formuladas por los agoreros de la globalización. Necesitamos rescatar y escribir los acontecimientos que nos hacen ser como somos. Sin chauvinismos ni malinchismos. Para tener historia hace falta cultivar la memoria. Sin memoria no hay historia. 

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