domingo, 24 de marzo de 2013

El amante uruguayo


Desde el anuncio de su lanzamiento, El amante uruguayo (2012) venía precedido de mala fama entre algunas almas circunspectas. En otros términos invitaba a su lectura para saber de qué se trataba el entuerto. Se escucharon voces en coro, acusándole de inexacto y mentiroso, las polémicas se desataron a uno y otro lado del Atlántico. Escritores, biógrafos, amigos y familiares de Enrique Amorín y Federico García Lorca, se adelantaron desmintiendo a su autor, el peruano Santiago Roncagliolo. Los más dolidos son los intelectuales uruguayos, quienes consideran su contenido como "un disparate y con poca rigurosidad". Las aseveraciones de Roncagliolo se prestan al debate, no a simples descalificaciones espurias. Tuvo el cuidado de trasvasar sus señalamientos en un mar de ambigüedades, afirmaciones y contra-afirmaciones, que abren espacio a la duda y la especulación. La casa editorial Punto de lectura añade que se trata de "una historia real".

Lo que más ha llamado la atención son sus planteamientos acerca de la posibilidad que los restos de García Lorca hayan sido sacados de España de manera subrepticia y depositados en una pequeña caja por Amorín, en el memorial que levantó en Salto (1953), a orillas del rio que separa Uruguay de Argentina, para testimoniar afecto al poeta andaluz. Con la intención de hacerme mi propio juicio, emprendí la travesía de las 396 páginas escritas con esmero. El orquestador se muestra como un avezado jugador de póker, fullero hace chamarro, sube la parada, baraja los naipes y comportándose como prestidigitador, saca de su chistera una serie de conjeturas, dudas, elucubraciones proseguidas por rectificaciones, que al final uno no queda claro si los restos de García Lorca están, pueden que estén, pero que en verdad no están donde Roncagliolo pretendía suponer que estaban. Ni siquiera se requería escudriñar sus páginas para percatarnos de sus malabarismos retóricos.

En el apartado Epílogo porteño deja un reguero de pistas para evitar extravíos. La redacción de Roncagliolo habla por sí sola, primero especula: "Quizá el monumento era simplemente un monumento y Amorín esperaba que le recordase al mundo su relación con el mejor poeta español del siglo XX ... O quizá al revés: pensaba que esos documentos dirigirían la atención de las generaciones futuras hacia lo que está enterrado detrás del muro, en el túmulo del poeta, aquella caja del tamaño de un depósito de huesos". Roncagliolo salió en busca de la verdad -el esclarecimiento de su tesis lo exigía- viajó a Salto acompañado por la documentalista Susana Garrido y el abogado Pablo Suárez, para develar el misterio, ese misterio que él ayuda a crecer como una inmensa bola de nieve, frente a la caja abren un diálogo sonso, medrosos, como si se trataba de deshojar una margarita, la abrimos o no la abrimos, la abrimos o no ... abstiéndose de hacerlo. El experto en thriller olvidó que existen pruebas de ADN para evitar el naufragio.

Al echar a perder la oportunidad restó veracidad a su requisitoria, dejando más cabos sueltos que los existentes al momento de iniciar su largo periplo. Pese a estos desmanes El amante uruguayo resulta embriagador, fascinante, aclara y enceguece. ¿Una investigación seria pierde legitimidad por haber sido escrita de manera calculada para evitar enjuiciamientos legales? La recreación político-cultural de las décadas del veinte en Argentina y del treinta y el cuarenta en España y Francia, son una visión esclarecedora de los ambientes y cambios experimentados por dos grandes creadores latinoamericanos, los antagónicos Jorge Luis Borges y Pablo Neruda. Un aporte sustantivo para comprender la forma que el entorno cotidiano y la vida política inciden en la creación literaria. Los hechos que obligaron hacer un giro a la literatura borgeana ocurrieron en Uruguay y la muerte de García Lorca en España, cambió el rumbo de la poseía de Pablo Neruda.

El compadrito quedó pasmado al observar en una taberna como un capanga dio muerte a un borracho que le infortunaba. Borges, retraído congénito, quedó impactado por el asesinato y más todavía al encontrarse al día siguiente con el matón sentado en el mismo lugar tomando la misma bebida. Roncagliolo deja constancia de su azoramiento. "Quedó tan marcado con la experiencia que cambió su literatura. En parte gracias a ese viaje, se convirtió en un nuevo y muy audaz narrador". Consternado por el asesinato de García Lorca, Neruda mudó de piel y temperamento. El poeta chileno insufló su poesía con nuevos destellos. "A su llegada a España, dice de Neruda el peruano, era prácticamente apolítico, un bohemio de izquierdas". Con el corazón en llagas escribió España en el corazón, cuya primera edición se elaboró con papel reciclado, banderas, uniformes ensangrentados y se imprimió en un taller donde trabajan soldados republicanos. Una manifestación de fe y esperanza.

Es probable que los remolinos de fuego originados por El amante uruguayo tengan que ver también en su acritud hacia Enrique Amorín. Juzga la literatura del uruguayo como falta de estilo, le cree megalómano, piensa que carece de voz personal, camaleón social y político, advenedizo, con grandes dotes histriónicos, una veleta que cambia según los tiempos que se viven, irremediablemente gay, seductor de artistas, mecenas interesado, anatemas constantes e implacables que no dejan de perturbar el ánimo. Pero ¿por qué espantarse con una obra como El amante uruguayo? ¿Desmerita al poeta su condición sexual? Las disputas y rencores en marcha forman parte de las grillas continuas suscitadas por los intelectuales. Si la pretensión de Santiago Roncagliolo era escribir una crónica provocadora lo consiguió por completo. Los ardides y tretas publicitarias que utilizó Enrique Amorín en su momento, no dejan de estar presentes en este discurso, escrito en buena prosa, con esa misma elegancia imperturbable que lucen todos los que escriben para Vanity y Vogue.

Su objetivo se complica al pretender escribir un texto ceñido a la realidad de la cual se aparta cada vez que desea elucubrar, llenar vacíos y tender puentes, haciendo suposiciones, jamás afirmaciones categóricas. El amante uruguayo se inscribe dentro de la corriente inaugurada por el nuevo periodismo estadounidense. ¿Emulo de A sangre fría de Truman Capote o Noticia de un secuestro de Gabriel García Márquez? Un libro ambicioso, donde Roncagliolo despliega sus dotes de investigador acucioso, sagaz tramoyista coloca de manera virtuosa las piezas sobre el escenario, aunque resulta extemporáneo el énfasis por resaltar la condición homosexual de Amorín y García Lorca. Latinoamericano al fin, muestra su condición homofóbica, olvidando que los tiempos cambian. Nadie recuerda las tropelías de la Inglaterra victoriana contra Oscar Wilde, todos tenemos presente la obra de uno de los más grandes esteticistas de todos los tiempos. Colocar otro baldón sobre García Lorca convierte sus aseveraciones en un fogonazo innecesario y a destiempo. 

*Fotografías tomadas de Internet

No hay comentarios:

Publicar un comentario